Para muchas personas, estar en cualquier parte de su ciudad, provincia, país o incluso del mundo, y no poder acceder a su cuenta de correo electrónico para comprobar los emails que ha recibido, es impensable. Puedes rápidamente pensar en hombres de negocios que necesitan estar en continuo contacto con sus contratos y socios por medio de correos electrónicos, pero realmente no es así.
Cada vez más y sobre todo el la actualidad, todo tipo de gente utiliza el servicio de correo electrónico como algo totalmente natural y corriente, hasta el punto de que ya no pueden prescindir de ello. No es el único medio de comunicación, pero es uno de los más populares con los SMS telefónicos, los servicios de Chat, llamadas, etc.
Aparte de la imperiosa necesidad de estar en contacto (alguna gente realmente parece adicta a los email), no es mala idea pensar en las necesidades de tu correo electrónico antes de viajar, especialmente si vas a estar fuera por un periodo largo de tiempo.
Muchas proveedoras de servicios de Internet, o ISPs, limitan la cantidad de espacio para almacenar emails. Si sobrepasas este límite, tu cuenta de correo puede empezar a rechazar correos o simplemente devolverlos a su remitente, lo cual frustra a los que te escriben y puede ocasionar problemas o retrasos en asuntos de importancia.
Una cuenta de correo puede ser llevada hasta su tope permitido simplemente con que alguien te envíe sus fotos de las vacaciones o las ultima reunión de amigos, ya que los ficheros de imágenes suelen ser grandes.
Si tienes una conexión a Internet por medio de banda ancha, como puede ser ADSL, puedes dejar tu ordenador encendido y el software que controla el correo activado. Con la configuración apropiada, la aplicación de correo seguirá descargando correos de nuestra ISP, según nos los vayan enviando. Aun así, puede haber problemas como por ejemplo un fallo de energía en casa, lo cual dejará nuestros correos afinados en el servidor de correo de la ISP.
Una solución podría ser avisar a nuestros conocidos de que mientras estemos ausentes se abstengan de mandarnos emails de gran tamaño, aunque no es siempre viable.
La manera más fácil de leer nuestros correos electrónicos cuando no estamos en casa, es a través del interfaz de correo que nuestra ISP nos ofrece. Si el acceso a nuestra cuenta de correo por medio de la ISP, es en formato Web, será de lo más sencillo. Todo lo que tendrás que hacer es encontrar un ordenador que tenga acceso a Internet, acceder por medio de la URL que nos ha dado nuestra ISP, e ingresar con la contraseña correspondiente. Incluso si normalmente accedes a tu correo por medio de aplicaciones que lleva el propio PC como puede ser Outlook Express o Eudora, la ISP probablemente también ofrece acceso Web, por lo cual merece la pena preguntar.
Si está disponible y nunca los has utilizado, es una buena idea practicar un poco antes de desplazarte o viajar para que puedas aprender el proceso, y si fuera necesario pedir soporte técnico a tu ISP, que la llamada fuera a nivel local. Una vez de viaje, coge la URL entregada por tu ISP y su información de contacto para poderte conectar y si fuera necesario, conseguir soporte en cualquier momento.
Algunas ISP ofrecen la posibilidad de ver nuestro correo por medio del servicio Telnet. Este interfaz de conexión basado en texto, fue desarrollado en Internet en sus días más tempranos. Es rápido, eficiente y accesible desde la mayoría de los PCs, pero no es demasiado intuitivo, y está más orientado a gente con mayores conocimientos técnicos. Si quieres utilizar este tipo de conexión a tu cuenta de correo, algo de práctica es requerida con anterioridad.
Recuerda memorizar tu nombre de usuario y la contraseña, o por lo menos llevarla apuntada en un sitio seguro. Mucha gente tiene automatizado en su aplicación de correo los datos anteriores para que se conecten al servidor, y se dan cuenta más tarde que no recuerdan los datos de conexión. Esto es bastante engorroso y aunque llamemos por teléfono a nuestra ISP, muchas veces no nos darán los datos.
Mucha gente directamente prefiere optar por servicios de correo gratuitos accesibles desde Internet en cualquier circunstancia, como puede ser Hotmail.com. Lo cierto es que funciona muy bien y ofrece una buena cantidad de espacio para almacenar correos y los archivos adjuntos que nos puedan mandar. Es otra alternativa que podemos valorar.
Para terminar, hay dos cosas que debemos tener en mente a la hora de viajar y acceder a nuestro correo electrónico de forma remota. Primero, siempre ten presente la seguridad cuando estés usando ordenadores extraños, como por ejemplo en un ciber café. No permitas que las contraseñas se salven, y cuando acabes de consular tus emails, limpia el caché del navegador y cierra todas las aplicaciones que hayas usado.
En segundo lugar, ten cuidado si configuras correos de “ausente” que reenvían un mensaje a las personas que te mandan un correo. Si no se configura bien, puede producir un bucle de correos sin fin generando cientos de correos no deseados.
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