Cuando hablamos de ordenadores o en dispositivos electrónicos en general, un arranque en caliente es el proceso de reiniciar un ordenador o equipo de red sin apagarlo previamente. Se suele hacer cuando hay algún tipo de problema, como puede ser un programa de ordenador que se ha quedado congelado o un proceso no responde. Los arranques en caliente borran cualquier cosa que haya en la memoria RAM y luego reinician el equipo mientras que sigue estando encendido. Hay varias maneras de hacer un arranque de este tipo.
Cuando se intenta cerrar un programa que se ha quedado “pillado” y ni funciona ni se puede cerrar, algunas veces empieza a afectar a otras funciones del ordenado. En estos casos es mejor hacer un reseteo del equipo. Una de las maneras más fáciles de hacerlo es presionar a la vez CTRL+ALT+DEL.
Nos aparecerá el administrador de tareas de Windows, el cual tiene una pestaña que pone “Aplicaciones”. Desde este punto podemos terminar el programa que está causando el problema al resto del equipo. En la pestaña “Procesos” se puede hacer algo parecido, pero debemos saber más o menos el nombre del proceso del programa, lo cual no siempre es tan sencillo.
Por supuesto, si esto falla, siempre podemos reiniciar el ordenador como todos ya sabemos, que es el menú inicio y seleccionando “Apagar”. En la ventana que nos sale solo habría que elegir “Reiniciar”. Esto es básicamente un reseteo temporal sin tener que apagar todo el equipo. El ordenador en este caso, volverá a un estado anterior a cuando el programa o procesos se quedaron “enganchados” o funcionando mal.
Por supuesto, Windows no es el único sistema operativo que pueden hacer estos arranques en caliente. Si necesitamos hacerlo en un ordenador Mac, hay que hacer un proceso de reseteo algo diferente. La combinación de teclas para hacerlo es con CONTROL+COMMAND+ESC. Por temas de comodidad, también hay una tecla de reseteo localizado en el teclado del equipo que provocará un arranque en caliente cuando se presionado.
En Linux el procedimiento es algo parecido a los ordenadores que tienen Windows. Aparte de hacer una combinación igual que en Windows, el usuario puede reiniciar el ordenador usando el interfaz gráfico. Desde la línea de comandos, que es lo que más se suele usar en Linux, tenemos algunos comandos que pueden sernos útiles en este sentido. El más básico es el comando “reboot”, aunque el comando “kill” puede matar procesos en particular o incluso hacer un arranque en caliente del sistema.
Lo que tenemos que tener en Linux para matar un proceso en particular, es el número de proceso o PID. Una buena forma de verlo es tecleando el siguiente comando, donde la última palabra es el programa que queremos cerrar: ps aux | grep programa y donde en la segunda columna nos aparecerá el número que nos interesa. Para poner un ejemplo:
programa 2465 0.0 0.1 4198 1245 ? S
El 2465 es el número de proceso y es el que queremos cerrar. Por tanto lo que haremos es un kill 2465. Algunas veces hay que hacerlo solo como root del sistema, por lo que podemos probar haciéndolo de la siguiente manera: sudo kill 2465. Si no nos lo deja hacer y no somos root, es que no tenemos los permisos necesarios para hacerlo. En este caso puede que sea mejor reiniciar todo el ordenador.
Siempre que sea posible, un arranque en caliente es mejor para poner en marcha de nuevo un ordenador con un programa o procesos que no están haciendo lo que deben. Hay ocasiones donde el ordenador se queda completamente bloqueado y un arranque en caliente no dará resultados. En estos casos puede que nos toque hacer un arranque en frío, que es pulsando el botón de apagado del equipo o desenchufándolo de la red. Tendremos entonces que encender el ordenador de nuevo.