Siguiendo con nuestro artículo sobre las redes híbridas, veamos algunos detalles de las redes cableadas y las redes inalámbricas. La mayor ventaja que tiene una red cableada es la velocidad. Los enlaces que existen hoy en día en una red cableada puede ir desde los 100 MB (FastEthernet), pasando por los interfaces de 1000 MB (GigaEthernet) a los más recientes TeraEthernet, con son 10 Gigas. Generalmente, las redes Wifi suelen tener una velocidad máxima de 54 MB, aunque ya hay ciertos protocolos inalámbricos que superan esta velocidad.
Este es el caso del nuevo estándar 802.11n que se dice puede alcanzar los 300 MB. De todos modos, le falta mucho para alcanzar las velocidades mencionadas antes. Por lo tanto, si quieres poner en marcha una LAN para jugar online con otras personas o una oficina donde se tenga que transferir mucha información, es mejor quedarse con una red cableada para usar su óptima velocidad.
La ventaja principal de una red inalámbrica es por supuesto su movilidad y la flexibilidad que ofrece. Puedes estar en cualquier punto de la oficina y continuar accediendo a Internet y a todos los archivos compartidos que necesites. También se puede usar una más amplia selección de dispositivos para acceder a la red, como por ejemplo las PDA.
Otra ventaja de las redes Wifi es que son más económicas de poner en marcha, especialmente en una oficina grande, universidad y otro tipo de localización. Los cables Ethernet, routers y switches son caros. También es caro llevar estos cables de un lado a otro. Poniendo algunos puntos de acceso estratégicamente colocados, puede llegar a más dispositivos y por mucho menos dinero.
Aparte de todo esto, tanto las redes cableadas como las inalámbricas con fáciles (o a veces difícil) de poner en marcha, dependiendo del tamaño y complejidad de las instalaciones. Para una oficina pequeña o una red en casa, los sistemas operativos más populares y usados nos pueden guiar a través del proceso de poner en marcha una de estas redes.
Instalar y mantener una oficina grande o una organización de tamaño medio, puede ser complejo tanto con redes de cables como Wifi. La ventaja de una red inalámbrica es que no se tiene que ir chequeando cables si surge un problema.
En temas de seguridad, se suele ver a las redes cableas como más seguras. Por supuesto, hay vulnerabilidades en ambas redes que pueden ser explotadas por alguien con los conocimientos o herramientas adecuadas. En redes inalámbricas, se han detectados fallos de seguridad bastante tontos que pueden comprometer la información de los usuarios.
Los estándares de encriptación que usan las redes Wifi suelen ser WEP y WPA. Se aconseja no usar WEP ya que existen programas que pueden fácilmente sacar la clave y usar la red sin permiso. Aunque WPA no es totalmente segura, es más difícil de vulnerar.
Una red híbrida de cables y Wifi nos puede dar lo mejor de ambos mundos en cuestión de velocidad, movilidad, costes y seguridad. Si un usuario necesita la máxima velocidad para transferir datos, puede usar la red cableada. Si tiene que estar moviéndose mucho y seguir teniendo acceso a la red corporativa, puede hacer uso de la red inalámbrica.
Con el plan correcto, una organización puede ahorrarse mucho dinero en cables, routers e infraestructura al maximizar el alcance de la red Wifi. Con la encriptación correcta y una buena gestión de las contraseñas, las redes Wifi pueden ser igual de seguras que una de cables.