En el anterior artículo hemos explicado el origen de los datacenter y lo que hacen. ¿Son realmente tan necesarios? A pesar del hecho de que el hardware está constantemente haciéndose más pequeño, rápido y más potente, cada vez se exige más potencia de procesamiento, almacenamiento e información en general.
Una organización que genera o usa datos tiene la necesidad de tener un centro de datos de algún tipo, incluyendo gobiernos, organizaciones educativas, telecomunicaciones, negocios, grupos financieros, etc. La falta de un acceso rápido y fiable a cualquier tipo de datos significa no poder dar un buen servicio y perder clientes.
Cuando pensamos en los datacenter o CPD, muchos de nosotros se imagina grandes salas llenos de armarios con servidores, muchas luces parpadeando y muchos cables de un sitio a otro. En muchos casos esto es así. Pero estos centros de datos pueden verse en muchas formas, tamaños y configuraciones.
Pueden ir desde unos cuantos servidores en una habitación, a enormes estructuras ocupando cientos de metros cuadrados con miles de servidores y máquinas. El tamaño y modelos de equipos dependen de las necesidades y los servicios técnicos que se ofrecen.
Hay varios tipos de estos centros, los cuales pueden ser pequeños y simples para una pequeña empresa, nubes públicas como la de Google, datacenter privados y también gubernamentales o científicos. Estos centros con tantas máquinas suelen ser controlados por un grupo técnico que tiene monitorizado todo esta equipamiento. Hay también grupos que controlan el aire acondicionado para mantener las salas frescas, el sistema eléctrico normal y el de backup, y otras funcionalidades importantes.
Algunos de estos centros de datos son tan grandes, que los empleados tienen que desplazarse de un sitio a otro en algún tipo de vehículo. Los suelos de estos centros tienen que reforzarse porque mucho del equipamiento es muy pesado. Los techos también tienen que ser más altos para acomodar los Racks (armarios de equipos) más altos.
Muchas compañías tienen centros de datos repartidos por todo el mundo para poder dar un servicio adecuado, donde se incluyen compañías tan reconocidas como Facebook, Google, Amazon y muchas más. Los servidores que puede tener solo unos de estos datacenter se pueden contar por miles. La configuración de los equipos y la topología de red pueden variar mucho entre compañías, por lo que el diseño es importante desde el principio. Algunos de los sitios dividen sus servidores en grupos de funcionalidad, como por ejemplo separar los servidores Web, los de aplicación, de bases de datos y así sucesivamente.
Aunque no hay unas reglas estrictas de cómo se deben organizar estos centros de datos, muchos grupos intentan seguir unas normas de seguimiento. Por ejemplo, existe un proyecto que identifica cuatro modelos de datacenter que se miden por su redundancia y nivel de reacción a fallos. Esto incluye:
- Una infraestructura básica con un único punto de redistribución sin redundancia.
- Una infraestructura redundante con un solo punto de distribución que componentes también redundados.
- Una estructura con múltiples caminos y con un solo camino activo en un momento dado.
- Una infraestructura tolerante a fallos que tiene múltiples rutas de distribución redundantes.
En teoría, los sitios que están en los dos primeros puntos tienen que dejar de funcionar cada cierto tiempo para hacer mantenimiento, mientras que el tercer y cuarto punto pueden seguir dando servicio aun cuando se está en mantenimiento o haciendo cambios. Estos dos últimos puntos suelen ser los preferidos aunque el coste es también mayor. También existen estándares que se refieren a cables, control del entorno, etc.
Sin embargo, no todos los centros de datos siguen estos estándares, ya que hoy en día van surgiendo otras ideas muy válidas de cómo se deben diseñar estos CDP. Por supuesto, esto va acompañado del tipo de equipamiento que se utilice.
En la siguiente parte del artículo hablaremos de este equipamiento. Haz clic en el enlace para ir a la siguiente parte del artículo: