Para terminar con nuestro artículo sobre las computadoras inteligentes, veremos otro factor muy importante, que es la comprensión informática. Según muchos expertos, el entendimiento es una línea entre dos terminaciones: una empatía total y tener sentido. Para que los ordenadores puedan “entender” y por tanto ser inteligentes, deberían ser capaces de interpretar datos y relacionarlos de alguna manera a sus propias experiencias.
Aunque los ordenadores son buenos interpretando y organizando datos, ser programados para “aprender” hasta cierto punto y modificar sus algoritmos basándose en nuevos datos, la empatía requeriría emoción y conciencia.
Mientras que los actuales ordenadores claramente no tienen emociones o con concientes de si mismos, los ingenieros informáticos y neurocientíficos están trabajando juntos para crear un ordenador cuya estructura se parezca mucho a un cerebro humano, con procesadores paralelos todos interconectados de la misma manera que hacen las neuronas.
Los científicos creen que han descubierto las emociones son el resultado de neurotransmisores polarizando varias neuronas en el cerebro, y que pueden ser negativos o positivos. Debido a la naturaleza binaria natural de los ordenadores actuales, los negativo y positivo podría representarse fácilmente, lo cual hace que los expertos en inteligencia artificial crean que las emociones se podrán implementar en ordenadores.
Sin embargo, la tecnología que se necesita para hacer esto no existe ni en la neurología ni la ingeniería, por lo que de momento esta teoría no es posible. Algunos científicos han teorizado que la conciencia puede ser una función posible en un sistema de computadoras en paralelo, de la misma forma que la simulación de emociones comentado antes.
Sin embargo, es realmente un desafío grande si tenemos en cuenta que la conciencia es algo separado de las actividades neuronales del cerebro. Si no se control la parte que controla la conciencia humana, poco se podrá hacer para transmitirlo a una máquina.
Para que pudiéramos crear una máquina que sabe que existe (una máquina consciente), debemos saber como sabemos que existimos. Por lo tanto, aunque seamos capaces de simular emociones o conciencia propia, solo será de una forma superficial, y acabará según acabe el programa.
No hay razón para pensar que una máquina que puede simular emociones, de repente desarrollará conciencia, que el punto central de la humanidad e inteligencia. Por tanto, podemos concluir que los ordenadores de momento no son y no pueden ser inteligentes tal como podemos ver en algunas películas de ciencia ficción.
Uno de los principales problemas que tenemos con cualquier tipo de inteligencia de ordenador, es la tendencia a simular más que emular. La completa justificación de la inteligencia artificial es la teoría de que los humanos piensan como las computadoras calculan. Las computaciones del cerebro son totalmente diferentes de las de in ordenador. Por tanto, no podemos asumir porque las acciones de un humano son inteligentes, el equivalente de la acción de un ordenador sea también inteligente.
Aunque capacidades humanas como la creatividad y conciencia podrían ser simulados de una manera muy convincente, en el fondo el ordenador será el mismo, sin entendimiento y por tanto sin una inteligencia “real”. Esto no significa que no haya motivos para seguir investigando en la inteligencia artificial.
Las máquinas que actúan con una simulación aceptable de inteligencia, suelen dar un gran servicio y son importantes para evolucionar. Lo único que tenemos que tener en cuenta, es que no está del todo claro todavía de que podamos recrear una inteligencia humana en una máquina. ¿Quién sabe? Puede que dentro de algunos miles de años esto sea posible…