Siguiendo con nuestro anterior artículo sobre la evolución de los ordenadores, una de los temas más populares en las historias de ciencia ficción tiene mucho que ver con lo que llamamos computación ubicua. En este futuro, los ordenadores se habrían hecho tan pequeños y adelantados, que estarían prácticamente en todo lo que conocemos. Por ejemplo, se podría tener sensores informatizados en el suelo que podrían monitorizar nuestra salud, ordenadores en nuestros coches que nos ayudarían según conducimos al trabajo, y toda clase de tareas que serían habituales en nuestro día a día.
Es una visión del futuro que es por una parte emocionante y al mismo tiempo inquietante. Por un lado, las redes de ordenadores se volverían tan robustas, que siempre tendríamos una conexión rápida y fiable a Internet.
Nos podríamos comunicar con quién quisiéramos sin tener que preocuparnos de que hubiera una interrupción del servicio. Por otro lado, también sería posible para corporaciones, gobiernos y otras organizaciones recolectar información sobre nosotros y mantener registros de todo lo que hacemos.
Hemos visto algunos pasos hacia la computación ubicua en la última década. Proyecto Wifi y tecnologías similares, como puede ser WiMAX, han extendido las redes de computación por todo el mundo más allá de las redes cableadas.
Podemos comprar un teléfono inteligente y acceder a toneladas de información en Internet en solo cuestión de segundos. Sensores de tráfico y dispositivos biométricos, pueden detectar nuestra presencia. No se tardará mucho en llegar al punto en que casi todo con lo que entremos en contacto, tenga un ordenador o sensor dentro.
También veremos transformaciones masivas en la tecnología de interfaces que utiliza el usuario. En la actualidad, la mayoría de los ordenadores se apoyan en interfaces físicos como son el ratón del ordenador el teclado, u otros dispositivos similares. También hay programas que pueden reconocer la voz o hacer un seguimiento de los movimientos del ojo para ejecutar comandos.
Científicos informáticos y neurólogos, están trabajando en varios interfaces de ordenador con conexión directa con nuestro cerebro, que permitirá a la gente manipular ordenadores solamente utilizando el pensamiento. ¿Quién sabe? Los ordenadores del futuro podrían reaccionar solamente deseándolo. Saber donde estará el mundo de los ordenadores dentro de 100 años es difícil. El progreso de la tecnología no es necesariamente lineal o logarítmico.
Podemos experimentar décadas de progreso por un periodo determinado donde los adelantos sean menores, sobre todo si llegamos a una barrera difícil de salvar. Por otro lado, según algunos futuristas, puede que no haya demasiada diferencia entre los humanos y los ordenadores dentro de 100 años.
En este mundo, podríamos estar transformados en una nueva especie que podría estar mejorada a un punto inimaginable para nosotros en este momento. Sea cual sea el futuro que nos espera, podemos asumir sin equivocarnos que veremos ordenadores muy diferentes a los que tenemos hoy en día.