Todos los días los científicos están encontrando maneras de hacer los ordenadores más rápidos, más inteligentes y de más ayuda en las tareas diarias que hacemos. La inteligencia artificial – un campo en la ciencia de la computación dedicada a un comportamiento “inteligente” en las computadoras – parece tener posibilidades infinitas. Expertos en este campo predicen que los ordenadores y robots en las próximas décadas serán mucho más parecidos a los humanos de lo que podíamos esperar.
Sin embargo, hay un problema que puede limitar este campo – ¿Es posible realmente que los ordenadores tengan una inteligencia real? Lo cierto es que la respuesta no es tan sencilla. Lo primero es decir que la inteligencia requiere la habilidad de entender las cosas por la experiencia y el uso de la razón. Estas dos áreas llevan a su veza otros tres criterios a tener en cuenta.
El primero de estos criterios es la creatividad. Esto es muy importante en lo que llamamos inteligencia. Sin embargo, debido a la naturaleza de las computadoras donde hay que dar ciertas instrucciones previas para que hagan algo, la creatividad no es un factor. Otro criterio es el entendimiento, donde se necesita tanto lógica como empatía. Los ordenadores son incapaces de tener esta empatía y por tanto no pueden tener un verdadero entendimiento.
Otro factor es la simulación. Los ordenadores no trabajan de la misma manera en que lo hacen los humanos, y por eso no pueden ser tan inteligentes como los somos nosotros. Estos tres criterios son realmente un problema a la hora de hablar de un ordenador inteligente de verdad.
Hace algunos años, un científico dijo que una de las preguntas más fascinantes sobre la inteligencia artificial es si las máquinas pueden llegar a tener mente. La posibilidad de una inteligencia real creada por el hombre, ha sido una fantasía y una meta para los humanos durante años. Aunque hay muchos dispositivos o programas de ordenador que si parecen ser inteligentes, es cuestionable que tengan las verdaderas propiedades para que sea una inteligencia real.
Cuando razonamos y solucionamos problemas, normalmente pensamos en la lógica y otros métodos consistentes que son herramientas usadas en el mundo de la computación. Sin embargo, las capacidades humanas no programables están integradas en todas las formas del comportamiento inteligente. Esto quiere decir que hay factores culturales, sentido común, intuición y valores asociados.
Por tanto, los ordenadores tendrían que implementar las cualidades anteriores para usar la facultad de razonar y solucionar problemas. Los científicos han propuesto varias pruebas para determinar la inteligencia de un ordenador. Una de las más conocidas es el test de Alan Turing. Consiste en una habitación con dos ordenadores donde uno de ellos puede teclear preguntas. Uno de los ordenadores está conectado a un humano para las respuestas y el otro está para ser probado.
Si después de contestar ambos, el sujeto es incapaz de determinar cual está conectado a un humano y cuál es el ordenador, la máquina pasa la prueba y se puede considerar inteligente. Algunos intentos de pasar esta prueba han resultado en algunos programas especializados en ciertos sectores.
Otro criterio que se ha creado para este tema es el dedicado al entendimiento del lenguaje. Aquí la dificultad recae en la palabra “entender”. Los programas de reconocimiento de voz de hoy en día parecen entender lo que dice el usuario y va tecleando en la pantalla, y también obedecen órdenes de humanos. Sin embargo, esta comprensión es muy básica y solo consiste en una traducción de ondas de sonido para ciertas letras que forman ciertas palabras.
Estas palabras son luego mapeadas a unas funciones determinadas en el ordenador, y por tanto simulando un entendimiento. Esta simulación es muy diferente del método que tenemos los humanos para entender las cosas, donde las ondas de sonidos son procesadas por el cerebro para formar imágenes y conceptos. Entonces el cerebro compara estos conceptos para tener una vista previa de la información y usar la creatividad y la lógica para forman nuevas conclusiones.
Estas pruebas son simples método para determinar la efectividad de los ordenadores en ciertas situaciones, pero realmente no miden la inteligencia. En cada caso, las pruebas miden los resultados del ordenador, no el proceso con el que consigue los resultados. Por tanto, para poder determinar si una máquina es inteligente necesitamos volver atrás a la definición básica de la inteligencia – la habilidad de aprender y entender por la experiencia, y usar la capacidad de razonar. ¿Cómo se planear hacer esto en el futuro?
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