Mientras que la computación virtual habilita a los servidores poder realizar tareas y hacer funcionar más aplicaciones, también puede consumir mucho más tiempo y ser más laborioso para el equipo que lo gestiona. Aunque las aplicaciones son remotas, los gestores todavía tienen que seguir y monitorizar archivos, aplicaciones, datos y almacenamiento.
La computación virtual puede aumentar la carga de trabajo porque hay muchos más puntos que gestionar y analizar. La seguridad y el acceso son algunas cosas que también deben ser monitorizadas para prevenir una pérdida o un robo de datos en un entorno virtual o remoto. La transferencia de información y la necesidad de ordenadores y servidores físicos para poder interactuar remotamente, también debe ser monitorizada de forma continuada.
Aunque a muchos les pueda parecer extraño, para la mayoría de las organizaciones, la computación virtual no recorta gastos o hacer que se necesiten menos recursos humanos.
Otros problemas con los costes incluyen lo que los proveedores virtuales cobran por cada una de las aplicaciones de software. Al permitir la computación virtual que un ordenador pueda hacer funcionar varias aplicaciones al mismo tiempo, el ordenador podría estar ejecutando varias diferentes aplicaciones del mismo software de forma simultánea. Ha habido preocupaciones sobre pagar repetidamente tarifas por el mismo software.
Para solventar este problema, los proveedores están explorando un proceso de medida que daría a los usuarios una cantidad específica de usos, y se les cobraría por cualquier uso adicional del servicio. Lo cierto es que la computación virtual ha estado entre nosotros durante unos cuantos años.
Solo recientemente sus aplicaciones se han hecho más populares entre las compañías de todo el mundo. Sin embargo, en el mundo de la tecnología, nuevos desarrollos e investigaciones continúan produciendo tecnologías integradas a más velocidad que antes.
La compañía IBM introdujo el concepto de la computación distribuida. Este sistema junta la enorme potencia de todos los centros de datos de IBM por todo el mundo (formando una compleja red) y la deja disponible para los usuarios. De forma diferente a la computación virtual tradicional, la computación distribuida ofrece a los usuarios un uso ilimitado.
Los gobiernos, la industria aeroespacial, ciencias, centros de alta educación y los militares, son algunos ejemplos de los que usan la computación distribuida. Hay que considerar de la computación virtual, donde los archivos no son almacenados en el disco duro sino que son accedidos remotamente desde el ciberespacio desde cualquier ordenador con una conexión a Internet. Este concepto esta actualmente disponible a los usuarios para acceso a emails y otros servicios.
Los ordenadores virtuales expandirán esa capacidad y permitirán a los usuarios acceder a todos sus archivos y aplicaciones desde cualquier ordenador. Los micro ordenadores con grandes discos externos ya no serán necesarios. Los usuarios ya no tendrán que llevar portátiles o dispositivos de almacenamiento extraíbles de un ordenador a otro.
Tampoco no hemos referido a la computación en nube, la cual también es una señal de que las cosas están cambiando al ritmo que lo hace Internet, y quién sabe adonde llegarán todas estas mejoras y sistemas para hacernos la vida más cómoda en general.