Para terminar con nuestro artículo sobre los disipadores de calor, también llamados disipadores CPU, veremos algunos otros materiales que son usados en estos importantes elementos que van integrados en nuestros ordenadores. Los disipadores CPU con como cualquier otro producto en el siempre evolutivo cambio de los ordenadores.
Las compañías están constantemente esforzándose en encontrar materiales más ligeros, conductivos y más eficientes para crear estos dispositivos. No tienen que estar hechos solo de un material. Por ejemplo, algunos disipadores CPU están hechos de una mezcla de cobre y aluminio. Este diseño está hecho principalmente de aluminio (por ser tan ligero) y rodeado de cobre (por su estupenda conectividad).
En teoría, esta es la mejor mezcla, pero si el cobre no se funde bien con el aluminio, lo que suele ocurrir en disipadores CPU de mala calidad, puede hacer más daño que beneficio.
Hace pocos años, la compañía Nanotech anunció que el futuro de los disipadores CPU está en un material llamado Carbal. Este material está hecho en un veinte por ciento de aluminio y un ochenta de dos materiales diferentes derivados del carbón, los cuales tienen una excelente conductividad térmica.
La compañía estaba muy emocionada sobre este material por tiene una conductividad térmica con un valor muy alto (más que el cobre y el aluminio) y tiene una densidad similar al aluminio. Básicamente, el Carbal es más conductivo que el cobre y tiene el mismo peso que el aluminio, lo cual consigue lo mejor de ambos mundos.
Otro material que está ganando popularidad a la hora de producir disipadores de calor para ordenador, es un grafito natural compuesto. No es tan conductivo como el cobre, pero se acerca al valor numérico de este. Sin embargo, la ventaja real del grafito es su peso, ya que pesa solo un setenta por ciento del peso del aluminio.
De todos modos, sea cual sea el material, hay una regla bien conocida para los disipadores CPU: los más baratos suelen costa más a largo plazo. Mucho de los disipadores de calor más baratos en el mercado usan cojinetes sin bolas, los cuales se suelen romper después de un corto periodo de tiempo por problemas de lubricación. Mientras que los cojinetes con bolas son más caros, duran bastante más que los otros y salen más económicos con el tiempo.
Cuando compras un ordenador, sea de la marca que sea, el disipador CPU ya viene instalado. Sin embargo, si estas construyendo tu propio ordenador, hay ciertos factores que se deben considerar a la hora de elegir el disipador correcto. Al tener tantas opciones cuando se elige un procesador, hay que asegurarse de que la salida termal del procesador que compres, coincida con lo que el disipador puede manejar. Para determinar el rendimiento requerido del disipador CPU, hay que saber tres cosas:
- La máxima temperatura permitida en la caja del ordenador, que dicho de otra manera, es el calor que pueden aguantar la carcasa sin que se dañe.
- La potencia máxima de disipación del procesador.
- La temperatura máxima que aguanta el disipador CPU.
Estos puntos deberían estar reflejados en el manual del fabricante del disipador. Una vez que tienes esto controlado, se puede usa una fórmula matemática para determinar el disipador de calor que se requiere para tu procesador. El promedio al que el disipador CPU transfiere calor del procesador al aire, se conoce como resistencia termal.
Para averiguar la resistencia termal que se necesita para el procesador, se resta la máxima temperatura interna de la temperatura de la caja máxima y se divide por el número de la máxima potencia de disipación del procesador. La resistencia termal se mide en grados Celsius por vatio.