Incluso en el momento de estar leyendo este artículo, los fabricantes de chips de ordenador están en una furiosa carrera para crear el próximo microprocesador que conseguirá unas velocidades record. Tarde o temprano, esta competición está destinada a darse contra una pared. Los microprocesadores hechos de silicona finalmente llegarán a un límite de velocidad y tamaño.
Los fabricantes de este tipo de dispositivos necesitan un nuevo material para producir velocidades de computación mucho más veloces. Lo increíble es que los científicos han descubierto este material que podrá construir la nueva generación de microprocesadores. Millones de súper ordenadores naturales existen en organismos vivos, incluyendo nuestro cuerpo.
Las moléculas del ADN, que es el material del que están hechos nuestros genes, tienen el potencial de realizar cálculos muchas veces más rápido que el ordenador más potente que haya creado el hombre. El ADN puede algún día ser integrado en el chip de un ordenador para poder crear lo que se llama un biochip, que harán que los ordenadores multipliquen varias veces su velocidad.
Las moléculas de ADN ya han sido agrupadas para poder realizar algunos complejos problemas de matemáticas. Sin embargo, todavía estamos en los principios de esta tecnología, aunque se espera que los DNA PC u ordenadores de ADN, sean capaces de almacenar billones de veces más datos de lo que un ordenador actual puede almacenar.
Los ordenadores de ADN todavía no se pueden encontrar en las tiendas de informática, por lo que no salgas corriendo a comprar uno. Esta tecnología todavía está en desarrollo, y todavía ni siquiera existía como concepto hace una década. En los años noventa, Leonard Adleman, un científico de computación de la universidad del sur de California, introdujo la idea de usar ADN para poder resolver algunos problemas matemáticos complicados.
Llegó a esta conclusión después de leer “Molecular Biology of the Gene” de James Watson, quién descubrió la estructura del ADN en los años 50. De hecho, el ADN es bastante similar al disco duro de un ordenador en la forma de almacenar la información de forma permanente sobre los genes.
Se suele referir a Adleman como el inventor de los ordenadores ADN. Su artículo publicado en los años noventa en una revista científica, decía como usar el ADN para poder resolver un problema de matemáticas bien conocido llamado “problema de la ruta de Hamilton” también conocido como el vendedor viajero. La meta del problema es encontrar la ruta más corta entre un número de ciudades, pasando por cada ciudad solo una vez. Según vas añadiendo más ciudades al problema, dicho problema se hace más difícil. Adleman eligió encontrar la ruta más corta entre siete ciudades.
Probablemente puedas coger papel y lápiz y encontrar una solución más rápido de lo que lo hico Adleman usando un tubo de ensayo ADN de ordenador. Estos son los pasos que dio Adleman con su ordenador ADN experimental:
- Hebras de ADN representan las siete ciudades. En los genes, el código genético es representado por las letras A, T, C y G. Algunas secuencias de estas cuatro letras representan cada ciudad y una posible ruta.
- Estas moléculas son entonces mezcladas en un tubo de ensayo, con algunas de las hebras del ADN juntas. Una cadena de estas hebras representan una posible respuesta.
- En unos segundos, todas las posibles combinaciones en las hebras del ADN (que son las respuestas), son creadas en el tubo de ensayo.
- Adleman elimina las moléculas equivocadas a través de reacciones químicas, lo cual nos deja los caminos para conectar las siete ciudades.
El éxito de este experimento prueba que el ADN puede hacer cálculos matemáticos y resolverlos. Sin embargo, el ordenador ADN de Adleman está muy lejos de competir con los ordenadores basados en silicona en términos de velocidad. El DNA PC de Adleman creo un grupo de respuestas rápidamente, pero lo llevó días para poder filtrar las posibilidades.
Otro inconveniente es que requiere asistencia humana. La meta de este campo de la informática es crear un dispositivo que trabaje en un entorno independiente.
En la siguiente parte del artículo seguiremos viendo el desarrollo del experimento de Adleman, y la diferencia de los microprocesadores ADN y los de silicona. Haz clic en el botón para verlo: