Siguiendo con nuestro anterior artículo sobre la posibilidad de comunicarnos mentalmente por medio de ordenadores, hemos visto como ya se han hecho experimentos biónicos incorporando componentes electrónicos en el cuerpo humano. Otro adelanto en este campo es el experimento Southampton, el cual utilizó otra estrategia para investigar esta tecnología. Como ya se ha comentado antes, los investigadores de la universidad de Southampton decidieron usar una prenda colocada en la cabeza con sensores especiales y Leds conectados a ordenadores. Funcionaba de la siguiente manera: El sujeto 1 se imaginaba moviendo uno de sus brazos.
El dispositivo de sensores detectaba la actividad del cerebro del sujeto y lo enviaba a un ordenador. Si el sujeto número 1 imaginaba estar moviendo el brazo izquierdo, el ordenador lo interpretaba como un cero. Un movimiento imaginario del brazo derecho se convertía en un uno. El ordenador del sujeto 1 enviaba cada señal a un ordenador remoto conectado a un LED (una pequeña lámpara se encendía). El sujeto número 2 tenía que mirar el LED.
Esta pequeña bombilla se encendía en una serie de rápidos destellos – uno configurado como un cero y una diferente configuración para el uno. Cada serie duraba unos segundos y consistía de varios destellos. Mientras que el sujeto B era incapaz de detectar conscientemente qué series de flashes brillaban en ese momento, el cerebro del sujeto era capaz de recordar las series de destellos sin ningún problema.
Otro dispositivos de sensores conectado al sujeto 2 detectaba las series que este segundo sujeto había visto y enviaba esa información a otro ordenador. Este ordenador codificaba las series en unos o ceros. Usando este sistema, el sujeto número 1 podía mandar un serie de unos y ceros al sujeto 2 por medio de impulsos. El sujeto 2 no podía interpretar estas señales de forma consciente – solo mirando a una pantalla podía saber que información era enviada.
Sin embargo, el experimento mostró que se podía mandar información por medio de los pensamientos. Por supuesto, todavía estamos a muchos años de poder enviar y recibir pensamientos precisos entre nosotros. ¿Qué clase de problemas pueden surgir si creamos la tecnología necesaria para construir un sistema como este?
Hay varios problemas prácticos y éticos que hay que considerar en una comunicación de este tipo. Una de ellas es que cualquier sistema necesitará sujetos para realizar un duro entrenamiento para que funcione correctamente. ¿Cómo se pueden mandar pensamientos específicos mientras que proteges otros? A nadie le interesa difundir todos los pensamientos que se tienen a todo el mundo.
Se necesitará diseñar un sistema que sea fácil de controlar para mantener la comunicación clara y privada. Una vez que el sistema funcione perfectamente y los humanos podamos mandar información con el pensamiento, también tendremos que preocuparnos de la posibilidad de que otros inventen sistemas para robar esta información o suplantar a los individuos, lo mismo que ocurre entre ordenadores. El espionaje tomará un nuevo nivel. También existe la posibilidad de que se tenga que crear un nuevo departamento de policía para este tipo de sistemas, al igual que lo hay para los delitos informáticos.
Al necesitar todos estos sistemas un interfaz para comunicar el cerebro con los ordenadores, hay otros planteamientos éticos que considerar. Un sistema de estas características podría necesitar cirugía. Se podrían necesitar implantados en el cuero cabelludo o incluso en el propio cerebro. Esta nos lleva al campo de la seguridad para conseguir poner en marcha el sistema – ¿Es realmente responsable médicamente hablando implantar sensores en un paciente?
Asumiendo que el paciente no sufre una parálisis u otro problema que no le permite hablar, ¿debería un médico realizar una operación de este tipo? ¿Qué ocurre con la tente que no quiere tener sensores incorporados en su cabeza? Hay gente que no querrá usar este sistema de comunicación. ¿Se quedará este tipo de gente atrás en la carrera tecnológica? ¿Se dividirá la raza humana en dos especies diferentes – los humanos tradicionales por un lado y los cyborg por otro? ¿Podría todo esto llevarnos a problemas mayores?
Lo cierto es que ahora mismo es imposible contestar estas preguntas, y al estar esta tecnología todavía en su infancia, tenemos por delante años de debates y discusiones, y posiblemente encontrar soluciones también.