Muchas películas y series de televisión han dado a los científicos reales tecnologías futuras que pueden investigar para hacerlas realidad. En muchas de estas películas se muestra la realidad virtual como un juego de niños, y los hologramas se dan por sentado. Sin embargo, en la realidad todavía no estamos tan avanzados como nos muestra el cine y la literatura, aunque hemos hecho grandes progresos en muchos sentidos. En cuestión de juegos de ordenador hemos hecho muchos avances desde los años ochenta. En aquellos años, los ordenadores y videoconsolas apenas tenían potencia para crear gráficos 3D.
¿Podrían estar los juegos holográficos a la vuelta de la esquina? Lo cierto es que todavía falta. Mientras que ya hay sistemas que usan una tecnología que es realmente asombrosa y que evoluciona rápidamente, hay ciertas cosas que todavía hay que mejorar. Por ejemplo, las televisiones en tres dimensiones no se han convertido en el siguiente invento del siglo como muchos fabricantes esperaban.
Esto hace que la idea de una televisión holográfica sea menos probable. Sin embargo, no hay que darnos por vencidos. Aunque los juegos holográficos están todavía algo lejanos, algunas tecnologías que tenemos hoy han probado ir en la dirección correcta. Con un poco de suerte, no falta tanto como pensamos.
La tecnología holográfica es algo increíble por una simple razón, y es inmersión. Las mejores películas y videojuegos nos pueden transportar a sus mundos por medio de personajes y escenarios sobrenaturales. Sin embargo, una pantalla de dos dimensiones siempre es una limitación. La tecnología de la realidad virtual consigue la misma meta que un holograma, pero con un casco con pantalla en lugar de imágenes en tres dimensiones.
Sin embargo, este tipo de cascos no son fáciles de construir. Este es el motivo por el que la industria de los video juegos está en constante busca de equipamiento con no cueste miles de dólares o euros, y que pueda estar al alcance de casi todo el mundo. En este sentido, ya se han creado varios modelos que podrían ser la solución.
El sistema es similar a los cascos que conocemos. Se envían imágenes 3D a cada ojo para dar una sensación de profundidad. Se añaden sensores de seguimiento que permite al jugador mover la cabeza y “ver” el mundo virtual que les rodea en su campo de visión.
De todos modos, hay ciertos desafíos a tener en cuenta cuando se trata de 3D y hologramas. Las imágenes estereoscópicas crean profundidad en una imagen al presentar dos perspectivas al cerebro. Cada ojo ve un objeto desde ángulos diferentes y creando el efecto 3D.
Mientras algunas películas son digitalmente convertidas a tres dimensiones, lo idea es filmarlas desde dos perspectivas diferentes para crear ese efecto 3D. De la misma manera, los desarrolladores de juegos trabajando con este sistema tienen que entregar diferentes imágenes a cada ojo. Esto come muchos recursos a los videoconsolas y ordenadores. Por ahora la solución ha sido reducir la resolución de la imagen enviada a cada ojo.
Por lo tanto, ¿Qué tiene esto que ver con los hologramas? Se puede pensar de la siguiente manera: Si los desarrolladores de juegos ya están luchando para enviar imágenes 3D a cada ojo y mantenerlo en una calidad alta, ¿Cómo de difícil será proyectar hologramas en un entorno rodeando a los jugadores?
Otro problema para conseguir este objetivo es que la gente necesita el hardware que lo pueda soportar. Mientras que las televisiones 3D han aumentado algo sus ventas, todavía no es algo generalizado. El tema es que el 3D no ha demostrado ser algo que realmente interese a todo el mundo, sobre todo por su alto precio. A mucha gente le da igual ver una película o jugar un videojuego en tres dimensiones. ¿Cuánta gente estará realmente interesada en comprar esta tecnología?
Lo cierto es que las tres dimensiones y los hologramas han estado entre nosotros en los últimos años de alguna forma. Aunque hoy en día la tecnología es mejor que nunca, todavía no ha sido el bombazo que muchas industrias hubieran deseado. Esto podría cambiar en el futuro, cuando las mejoras en la tecnología y los precios sean los ideales para comercializarse.