Hay dos estándares actualmente que se usan en los servicios de correo electrónico. Uno de ellos es SMTP y el otro es POP. Para los que no sepan mucho de este tipo de protocolos, puede parecer confuso, y muchos no sabrán exactamente la diferencia. Lo cierto es que es muy simple: El protocolo POP es de almacenamiento de correos y SMTP es para enviar y recibir. Para entenderlo mejor se puede usar una analogía. SMTP sería como un cartero. Tiene que recoger o entregar el correo en algún sitio.
POP es como un buzón o la oficina de correos. Es el sitio donde el correo es enviado y donde está hasta que el receptor está preparado para leerlo El correo de salida también puede ser puesto en este buzón. SMTP es el protocolo donde la gran mayoría del correo es transferido a Internet.
Aunque fue creado a principios de los ochenta, ha demostrado ser muy fiable después de todo este tiempo. Prácticamente todo el correo para por este estándar sin problemas y llega al destino de forma rápida.
Sin embargo, aunque es muy fiable hay ciertos detalles que no se anticiparon cuando fue creado, y esto a ocasionado algunos problemas para los usuarios más modernos. SMTP no tiene una manera de verificar que los que envían correos son realmente quienes dicen ser. En la década de los ochenta no era tan problemático, ya que había grupos bien definidos usando el correo, principalmente el gobierno y universidades.
Desde los años noventa, esto se ha convertido en un problema. Los inconvenientes de SMTP impiden que puedan controlar el llamado “spam” de correos y tampoco puede verificar que el correo sea enviado con programas maliciosos que pueden infectar nuestro ordenador. Si uno de estos programas puede leer la lista de correo de alguien y luego reenviar un correo con un virus, la gente que lo reciba seguramente lo abrirá ya que confía en la persona que se lo ha enviado.
Este es el motivo por el que se siguen haciendo esfuerzos para asegurar este protocolo de enviar y recibir emails. De momento falta mucho para que la seguridad sea del todo efectiva. Por otro lado, el protocolo POP fue diseñado a mediados de los ochenta con la idea de permitir a los usuarios acceder a un servidor de correo, recuperar mensajes y ponerlos en una carpeta local del ordenador, y luego leerlos sin estar conectados a Internet.
En parte, la posibilidad salvar los mensajes y luego leerlos sin una conexión a la red, era debido a que en aquellos momentos conectarse a Internet era caro y a los usuarios se les cobraba por minuto de conexión. Hoy en día, la mayoría de nosotros usa el estándar POP en su tercera versión, la cual se llama POP3.