Ya hemos visto un poco de historia del Commodore 64 en el anterior artículo y como fue lanzado por primera vez. De todos modos, hay varios modelos de Commodore que fueron saliendo con el paso de los años y en diferentes países. En 1982 se pudo ver Commodore MAX en Japón. Se pretendió con este modelo que fuese una video consola de juego con una capacidad de computación limitada. Fue basada en una versión del hardware que más tarde se utilizaría en el C64.
Sin embargo, debido a sus bajas ventas en el país, fue retirado solo unos meses más tarde. El siguiente año, se intentó competir con el Apple 2 que estaba bien establecido en el mercado de educación americano, y lo hizo con el Educator 64. Era básicamente un C64 con algunas modificaciones.
El Educator 64 tuvo bastante éxito debido a que la caja utilizada era construida en metal, y las universidades lo preferían debido a su resistencia. Los otros modelos con los que trabajan hasta entonces se dañaban fácilmente o eran robados. Al poco tiempo se sacó al mercado el modelo SX64, que era una versión portátil del C64.
Tenía la distinción de ser el primer ordenador portátil a todo color. Mientras que los primeros ordenadores de este tipo solo tenían unas pantallas monocromas verdes, el SX64 tenía un tubo de rayos catódicos en color y un floppy disk incorporado.
En 1985 se planeó sacar al mercado un nuevo modelo que fuera tan bueno como el Commodore 64 y que también fuera compatible con los modelos anteriores, pero que también eliminara algunos problemas que se habían encontrado. Se creo para ello el modelo Commodore 128, que era totalmente compatible con el C64. En el siguiente año se pudo ver el Commodore 64C, el cual tenía una funcionalidad exacta al original. El diseño externo fue remodelado a partir de Commodore 128.
A principios de los noventa, el C64 fue lanzado de nuevo en forma de consola de juegos (C64GS). Se hizo una simple modificación en la placa base para orientar el cartucho conector en una posición vertical. Esto permitió que los cartuchos pudieran ser puestos desde arriba.
Una memoria ROM modificada reemplazó el que tenía hasta ese momento, y lo hacia con una pantalla de arranque para informar al usuario de que tenía que insertar el cartucho. Fue diseñado para competir con la Nintendo y Sega, pero no tuvo buenas ventas comparadas con sus competidores, lo cual llevó a su fracaso económico. Ni siquiera llegó a venderse en Europa.
En el mismo años salió el sucesor del C64 que fue el Commodore 65, pero el proyecto fue cancelado al poco tiempo. Las especificaciones de este modelo eran muy buenas para un ordenador con esta capacidad de memoria. Tenía por ejemplo 256 colores de pantalla. Aunque no se dio una razón específica de porque se canceló este proyecto, se piensa que podría haber competido con otros modelos de Commodore que estaban a punto de salir, como es el caso del Commodore CDTV.