Monitor PC

Usando dos monitores simultáneamente no tiene mucho sentido… hasta que lo pruebas. Con dos monitores puedes estar leyendo un artículo mientras escribes un documento sin tener que estar constantemente minimizando y maximizando ventanas. Para la edición de fotos, puedes tener las herramientas de edición en una pantalla mientras visualizas la imagen en el segundo monitor.

¿Problemas de software? Puedes tener las instrucciones en una pantalla mientras desarrollas los pasos en la segunda. Puedes también utilizar los dos monitores como una sola pantalla grande. Estos son simples ejemplos de las posibilidades que tienes, y por supuesto existen muchas mas cosas que se pueden hacer. Si está pensando añadir un segundo monitor, te enseñaremos como implantarlo en tu sistema de una manera rápida y fácil.

¿Qué necesitaré?

Antes de empezar, es recomendable tener lo siguiente:

  • Un segundo monitor, por supuesto.
  • Una tarjeta gráfica AGP o PCI (si tu PC no tiene un puerto de video extra)
  • Un adaptador DVI a VGA (para monitores sin puertos DVI)

Consigue un segundo monitor

Si ha reemplazado tu monitor alguna vez, posiblemente lo tienes guardado en un armario o trastero. Puede que ahora le puedas dar un uso. Si no es así, tendrás que comprar uno nuevo, pero ojo, no tienes que gastarte demasiado dinero en este monitor. Recuerda que estamos hablando de un monitor secundario, por lo que no hace falta que sea igual de bueno o grande que el monitor primario. De hecho, si creas ficheros del tipo que sea que otros verán, tener monitores de distintos tamaños y resoluciones te dará una idea de cómo se verá tu trabajo en otras pantallas. De todos modos, si estabas pensando cambiar de monitor, esta es la excusa perfecta para comprar uno mejor que el que tienes, y dejar el actual como secundario.

Asegúrate de que tienes dos puertos gráficos

Si tu tarjeta de video tiene dos salidas – el antiguo puerto analógico y el nuevo puerto DVI (Digital Visual Interface) – todo lo que tienes que hacer es conectar es conectar el segundo monitor en el puerto que está disponible. Los nuevos monitores LCD probablemente tengan un puerto DVI, y ese es el que deberías dejar como secundario porque la imagen será mejor.

Si tu tarjeta de video solo tiene un puerto, tienes dos opciones: Reemplazarla por una tarjeta con dos salidas, o comprar una segunda tarjeta gráfica PCI. Hoy en día, muchas tarjetas se conectan mediante slots AGP integradas en la placa base. Una tarjeta PCI puede ser una solución más barata, pero también más lenta. Eligiendo una tarjeta AGP de doble entrada te da las ventajas AGP en ambos monitores, más memoria de video, y un puerto DVI de mayor calidad.

Conectar el segundo monitor

Ahora que has solucionado el tema de la tarjeta gráfica, conecta el segundo monitor. Si tu tarjeta o combinación de tarjetas incluyen un puerto DVI, lo mejor es conectar el primario al puerto DVI y el secundario al puerto analógico. Algunos monitores tienen doble entradas digitales y analógicas y pueden disponer de ambas tecnologías.

Si ninguno de tus monitores tiene un puerto DVI, no te preocupes. Puedes comprar un adaptador, que no es demasiado caro, que te permitirá conectar el monitor al puerto DVI de tu ordenador.

Enciende ambos monitores

El siguiente paso es encender los dos monitores y arrancar el PC. Dependiendo de la configuración de tu ordenador, puede que veas actividad en ambos monitores al principio. Cuando el inicio haya finalizado, haz clic con botón derecho del ratón en cualquier punto de la pantalla u selecciona “propiedades”. En la ventana resultante, selecciona “configuración”. Si todo ha ido bien, debes ver dos rectángulos marcados como “1” y “2”. El monitor “2” estará rodeado con puntos indicando que todavía no está activo. Si mueves el puntero del ratón encima del este último, una mensaje de “no activo” debería aparecer. Haz clic con el botón derecho y selecciona la opción para activar el monitor secundario.

En este punto, puedes elegir la resolución y la calidad de color como prefieras. Tendrás que seleccionar la etiqueta “Extender el escritorio de Windows a este monitor”. Ahora podrás arrastrar el monitor 2 en la posición que quieras dependiendo como vayas a colocar el monitor con respecto al primario.

Inconvenientes que puedes encontrar

Con ambos monitores funcionando, puedes hacer varias tareas al mismo tiempo en distintas pantallas, arrastrar iconos y barras de herramientas de una ventana a otra, o trabajar sin que varias ventanas ocupen la mitad de la pantalla.

Sin embargo, puede que notes ciertos cambios. Al hacer varios cambios de configuración, puede que Windows haya reorganizado los iconos de tu escritorio de una forma diferente de cómo lo tenías.

 Si tienes una ventana de tu navegador de Internet abierta en el monitor secundario, en el caso de que abra una ventana nueva, puede que aparezca en el monitor primario. Puede que las nuevas ventanas no aparezcan donde se supone que deberían aparecer.

Si el monitor secundario es más pequeño que el monitor primario, la barra del título de una ventana, puede que aparezca en la parte superior haciendo que el menú de opciones quede inaccesible. Si ocurre esto, prueba a arrastrar la ventana al monitor primario. Si el problema continua, vuelve a las propiedades de pantalla, y alinea la parte superior del monitor 2 con la del monitor 1.

Una vez que lo tengas todo en funcionamiento, rápidamente aprenderás a apreciar las ventajas de tener dos monitores y te preguntarás porque no diste este paso antes.

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