Continuando con nuestro artículo sobre la música en nube, otro modelo de aproximación a la radio en la red, nos da más control sobre lo que tenemos en nuestra librería musical. Algunos servicios como Spotify, nos permite hacer una búsqueda por canciones específicas y añadirlas a nuestra lista de reproducción. Cuando te conectas a tu cuenta, puedes escuchar tu lista de reproducción, cambiar el orden de las canciones y añadir o borrar música de tu librería.
Puede que no descubras mucha más música de esta manera, pero serás capaz de controlar la experiencia de lo que escuches. Al depender este modelo en licencias musicales, las opciones tendrán ciertos límites. Si un estudio no ha licenciado una música en particular para este servicio, no la encontrarás en la base de datos.
El otro tipo de servicio de nube para música te da mucha libertad pero requiere bastante trabajo. Estos servicios almacenan tu música remotamente. Puede que tengas que subir tu propia música al servicio, lo cual puede llevar algo de tiempo si tienes una librería muy grande o una conexión lenta a Internet.
El servicio actúa como un disco duro externo. Se puede acceder a la música por medio de un interface especial, donde dependiendo con quién se use el servicio nos tendremos que descargar una aplicación u otra. Compañías como Apple, tienen servicios que dan algunas opciones más cuando quieres añadir música a tu librería. Te permiten comprar música a través de sus propias tiendas y automáticamente añaden las compras a la librería online – no hay que subir la música nosotros mismos. También hay incentivos al comprar en las tiendas que ofrecen estos servicios.

Con los servicios de almacenamiento de música en nube, normalmente hay un límite en el número de canciones que puedes guardar en tu cuenta. Por ejemplo, con el servicio de Google hay un límite de 20 mil canciones. En otros servicios el límite se mide por la capacidad de almacenamiento, y se puede optar por comprar más espacio si se necesita. Hay variaciones del servicio donde tienen sus propias aplicaciones o sitios que permiten hacer un “streaming” de la música al dispositivo con el que se está trabajando en Internet.
También se puede descargar el archivo de música al dispositivo físico. De esta manera, se puede escuchar música en el aparato con el que estamos trabajando, como pueden ser un reproductor MP3, incluso si se está en un área donde no hay acceso a la red.
Cualquier servicio de música online tienen dos componentes principales: Una parte visible y la estructura que hay detrás de lo que vemos. Como podemos imagina, la parte frontal es lo que el usuario ve cuando accede al servicio de escuchar música. Es lo que podemos llamar el interface gráfico con el que operamos, el cual suele usar Java para sus funciones.
Suele mostrarse como una página Web, aplicación o programa de ordenador, como es el caso de Spotify o Radio Pandora. Como se ha dicho en el artículo anterior, también se utiliza JavaScript para interactuar con el HTML y dar robustez.
Detrás de esta tecnología está la estructura que lo hace funcionar. Aquí es donde ocurre la parte más compleja y donde existe la nube. Mientras que dos nubes musicales no son iguales, compartes ciertas similitudes. Cada uno de estos servicios usa cientos de miles de servidores.
En la siguiente parte del artículo veremos como es esta estructura que maneja los detalles técnicos de los servicios. Haz clic en el botón para ver el artículo: