Internet de alguna manera tiene una falsa manera de hacernos sentir anónimos cuando estamos navegando por la red. Después de todo, ¿Cómo puede alguien saber tu verdadera identidad en un mundo virtual?
La verdad es que simplemente conectándote a Internet, compartes información sobre tu ordenador, tu localización geográfica e incluso las páginas Web que visitas. La meta de navegar anónimamente por la Web es rodear las tecnologías que tracean tu actividad online y la exposición potencial de tus datos a otras personas. Cuando se navega de forma anónima, nadie sabe quien eres, desde donde te estás conectando o los sitios que visitas.
Cuando la gente piensa en navegar anónimamente por Internet, muchos automáticamente lo asocian con actividades poco claras o incluso de ética poco recomendable, pero no es necesariamente el caso. De hecho, hay muchas razones legítimas de porque alguien pueda mantenerse anónimo en la red.
Algunos ejemplos podrían ser que una empresa o universidad tiene políticas muy respectivas y filtros para acceder a Internet, escribes en un foro y no quieres que te discriminen por una diferencia de opiniones, no quieres que alguna página Web recolecte información sobre tu navegación o simplemente quieres navegar sin la preocupación de que sepan de tus actividades en la red.
Para seguir hablando de navegar anónimamente por Internet, tenemos que hablar primero de dos cosas que hay hemos tocado en esta misma Web, pero que nunca viene mal volver a repasar. Estamos hablando de las direcciones IP y las cookies.
Toda máquina conectada a la red, tiene su propia dirección IP, y esto incluye el ordenador que tú estás utilizando ahora mismo. Puede que tengas una dirección IP estática o puede que tengas una diferente cada vez que te conectes a Internet. De ambas maneras, estás etiquetado con un identificador único cada vez que navegas por la red.
Una dirección IP es necesaria para que Internet funcione. Es literalmente la dirección de tu ordenador personal en una grandísima red llena de dispositivos de red – como una casa en una calle muy conglomerada. La única forma que un servidor Web tiene para enviar el contenido de una página Web a tu navegador, es si tienes una dirección en la red.
La direcciones IP en si mismas, no contienen ninguna información personal o de identidad sobre ti. Sin embargo, si estás registrado con un proveedor de servicios de Internet o ISP, este proveedor puede fácilmente enlazar tu dirección IP con tu nombre, dirección de casa, teléfono, dirección de correo o incluso información de tu tarjeta de crédito.
No hace falta ponerse paranoico, ya que las ISP tienen unas políticas muy restrictivas en temas de privacidad. No darán tu información personal a cualquier persona que se lo pregunte. Sin embargo, si esta información es solicitada por agencias gubernamentales como por ejemplo la policía, no tendrán más remedio que entregar la información que les piden sobre una dirección IP.
Las cookies son otra manera de poder tracear los hábitos que una persona tiene al navegar por Internet. Las cookies son pequeños archivos de texto que se salvan en tu navegador cuando visitas una página Web. El archivo puede contener tu información de conexión a la página, tus preferencias, el contenido de los que has comprado u otros identificadores. Estas cookies hacen que tu experiencia en la navegación sea más personalizada.
Están diseñadas para ahorrarte tiempo cuando visitas tus páginas favoritas. También están diseñadas para ayudar e indicar a empresas comerciales tus preferencias comerciales.
En la siguiente parte del artículo, veremos los métodos más comunes de revelar nuestra identidad sin darnos cuenta. Haz clic en el botón para ver la siguiente parte del artículo: