Siguiendo con nuestro artículo sobre el sistema PCI Express, veremos algunos detalles más en profundidad de cómo funciona esta tecnología. Un bus PCI de 32 bits tiene una máxima velocidad de 33 megahercios, lo cual permite un máximo de 133 MB de datos para que pase por el bus al segundo.
Un bus PCI-X tiene el doble de capacidad, y la cantidad de datos que puede transferir puede variar, llegando a un gigabyte por segundo. Sin embargo, una única pista de PCI Express puede manejar 200 MB de tráfico en cada dirección. A estas velocidades, una conexión X1 puede fácilmente manejar una conexión giga Ethernet, como también audio y almacenamiento de aplicaciones. Conexiones del mismo tipo más altas, pueden gestionar sin problemas adaptadores gráficos.
¿Cómo es esto posible? Algunos simples avances han contribuido a este gran salto en las velocidades serie.
Los avances comentados en el anterior párrafo son entre otros, la priorización de datos, lo cual permite al sistema poder mover los datos más importantes primero y ayuda a prevenir los cuellos de botella. Otro factor son las transferencias de datos dependientes de tiempos. También son importantes los materiales físicos usados para fabricar las conexiones, al igual que la detección de errores que vienen integrados en el hardware.
Una cosa que ha mejorado mucho este tipo de sistema PCI, es la creación de mejores métodos de poder partir los datos y volverlos a unir. Al tener cada dispositivo su propia conexión punto a punto dedicado, las señales de diferentes fuentes ya no necesitan utilizar el mismo bus. Las interferencias y la degradación de la señal son comunes en los puertos paralelos.
Materiales de poca calidad y señales cruzadas se pueden traducir en ruido, lo cual ralentiza la conexión. El ancho de banda adicional de un bus PCI-X significa que se puede llevar más datos, que puede llevar a más ruido. El protocolo PCI tradicional no prioriza datos, por lo que hay más riesgo de cuellos de botella. PCI Express soluciona estas limitaciones.
Hemos dicho anteriormente que el sistema PCIe elimina la necesidad de una conexión AGP. Las conexiones PCIe pueden acomodar muchos más datos por segundo que las conexiones AGP actuales. Sin embargo, el sistema PCI Express tiene incluso un potencial mayor en almacenar la tecnología de gráficos que tenemos, y que tendremos.
Con el hardware adecuado, una placa base con dos conexiones X16 pueden soportar dos adaptadores gráficos al mismo tiempo. Varios fabricantes están desarrollando sistemas para poder aprovecharse de esta función. Estos son algunos ejemplos:
- SLI – Con un certificado SLI (Scalable Link Interface) en la placa base, dos tarjetas gráficas SLI y un conector también del mismo tipo, un usuario puede poner dos tarjetas de video en el mismo sistema. Las tarjetas funcionan juntas al dividir la pantalla por la mitad. Cada tarjeta controla parte de la pantalla, y el conector asegura que todo esté sincronizado.
- ATI Crossfire – Dos tarjetas de video ATI con un motor integrado en forma de chip, va integrado en la placa base. Esta tecnología se centra en la calidad de imagen y no requiere tarjetas de video iguales, aunque sistemas de alto rendimiento necesitan tarjetas idénticas. Lo que hace es dividir en el trabajo en varias maneras. Por un lado, parte la pantalla por la mitad como el sistema SLI, y reparte el trabajo entre las dos tarjetas. Cada tarjeta puede también gestionar diferentes secuencias en marcos alternativos.
Al ser PCI Express compatible con los sistemas de PCI tradicionales, todos ellos pueden existir juntos indefinidamente. Por el momento, las tarjetas de video han realizado la transición más rápida al formato PCIe. Los adaptadores de red y sonido, al igual que otros periféricos, están teniendo un avance algo más lento.
Sin embargo, al ser PCIe compatible con los actuales sistemas operativos y puede proveer de velocidades más altas, es cuestión de tiempo que reemplace el PCI estándar que todos conocemos. Finalmente, las tarjetas basadas en el sistema PCI convencional quedarán obsoletas.