¿En qué piensas cuando oyes las palabras realidad virtual? ¿Te imaginas a alguien con un casco puesto conectado a su vez a un ordenador? ¿Te llegan imágenes de mundos nuevos o estar en medio de una antigua batalla que pasó hace cientos de años? ¿Piensas en los personajes de Matrix saliendo y entrando del mundo que nos rodea? Puede que simplemente ignores el término porque consideras que no debería llamarse así.
Si piensas esto último, puede que seas un ingenieros informático o un científico que se dedica a las computadores, los cuales prefieren evitar las palabras realidad virtual, incluso cuando trabajan con tecnologías asociadas a este término.
Hoy en día estamos más acostumbrados a escuchar las palabras entorno virtual a lo que se solía llamar realidad virtual. Dejando la forma de llamar a esta tecnología, el concepto es el mismo – usar la tecnología de los ordenadores para crear simulaciones de mundos en tres dimensiones que una persona pueda explorar y sentir como si estuviera en un mundo real.
Científicos, ingenieros e investigadores han diseñado muchos dispositivos y aplicaciones para conseguir esta meta. Aun así, las opiniones varían en lo que respecta a este tipo de experiencia, aunque deberíamos tener:
- Imágenes en tres dimensiones que tengan un tamaño real con respecto al usuario.
- La habilidad de seguir los movimientos del usuario, en especial los movimientos de la cabeza y los ojos, y de esta manera ajustar las imágenes en la pantalla del usuario para reflejar los cambios en perspectiva.
En un entorno virtual hay una cosa que experimenta el usuario y se llama inmersión, que es la sensación de estar dentro y formar parte de un mundo. También puede hacer cosas en este entorno de varias maneras. La combinación del sentido de la inmersión y la interactividad se llama tele presencia. En otras palabras, un entorno virtual adecuado nos puede provocar que no nos demos cuenta del entorno real y nos centremos en la existencia dentro del mundo virtual.
Se han propuesto dos componentes principales en la inmersión, que son la información de profundidad y la amplitud de información. El primer elemento se refiere a la cantidad y calidad de los datos en las señales que los usuarios reciben cuando están en el entorno virtual. Para el usuario, esto se podría referir a la resolución de la pantalla, lo complejo de los entornos gráficos, la calidad de los sistemas de audio, etc.
La amplitud de información es el número de dimensiones sensoriales que se muestra a la vez. Para esto, un entorno virtual debe activar los sentidos del usuario con una buena cantidad de información. Normalmente el video y el audio son los encargados de hacer esto, pero ya se está introduciendo el sentido del tacto. La interacción por el tacto cada vez está más entre nosotros.
Para que la inmersión sea efectiva, un usuario debe ser capaz de explorar lo que aparece en el entorno que está viendo, y también ser capaz de hacer cambios en la perspectiva. Si un usuario está en una habitación virtual y hay una escultura en el centro, el usuario debería poder ver este pedestal desde cualquier ángulo. Para esto, se deben lanzar al menos treinta tramas por segundo para que el visionado sea eficiente y convincente.
En la siguiente parte del artículo, veremos algunos detalles de estos entornos virtuales. Haz clic en el botón para verlo: