Imagina que estás comprando en un gran centro comercial. Vas mirando por las diferentes tiendas, haces unas cuantas compras y continúas viendo cosas. Entonces notas que una persona que no conoces parece que te está siguiendo. Incluso le ves tomando notas de lo que estás mirando y comprando. Todo el tiempo que has estado de compras has estado siendo espiado.
Mucha gente tiene miedo de la misma cosa cuando navega por Internet. Se preocupan de que alguien, que puede ser incluso el propio gobierno, esté registrando y analizando la actividad que realiza en la red. Se quejan de que es un acto que ataca a su privacidad. ¿Hay motivos por los que estar preocupados? ¿Puede un gobierno hacer un seguimiento Web de tus actividades? ¿Pueden tener todo lo que haces controlado?
Es fácil entender el porque la gente está preocupada. Para poner un ejemplo, los Estados Unidos tienen un acta que da la posibilidad al gobierno de poder hacer búsquedas e instalar filtros que capturen datos en Internet. No parece que sea algo difícil poner en la lista las actividades que realizan los internautas. Por tanto, hay preocupación de que se pueda espiar las cosas que se hacen navegando, y luego tener algún problema ya sea justificado o no.
En algunos casos, esta paranoia ha llegado a puntos donde se habla de conspiración. Se dice incluso que algunos gobiernos están creando bases de datos de sospechosos en potencia de varios tipos de delitos. Otras teorías no van tan lejos, pero se sigue sospechando que algunos gobiernos siguen tratando a todo el mundo como sospechosos – incluso sin hacer nada ilegal o cuestionable.
Las cookies de Internet no van a decir todas las páginas Web que has visitado. Muchos piensan o tienen la impresión de que estas cookies que se alojan en nuestro equipo dicen todo lo que haces en la red. La verdad es que no es así de fácil. Las cookies son pequeños ficheros que los sitios Web almacenan en el disco duro de tu ordenador – no son programas de ordenador.
Lo que dan es un único identificador que hace referencia a un sitio Web en particular, y dan este identificador a cada ordenador que visita al sitio. Esto permite a los sitios Web saber las preferencias que tienes.
Para poner un ejemplo, si visitas un sitio Web que está disponible en varios idiomas, puede que quieras leer en un idioma específico. Con una cookie puedes recordar esta información. La próxima vez que visitas ese sitio, irás directamente a la parte de la página Web que está en el idioma que has elegido porque esa información estará en el fichero del disco duro.
Si rellenas un formulario en un sitio Web, dicho sitio puede almacenar esa información de la misma manera. La información personal no puede ir en la cookie a no ser que tú elijas que sea así. Dicho de otra manera, no hay manera de que este fichero busque en tu ordenador algún tipo de información que te identifique.
Si estás preocupado de que tu información personal esté en la Web, simplemente no la compartas. Un pequeño grupo de compañías Web proveen de estas cookies, y usan el mismo formato. Esto les permite ver cuando un ordenador visita diferentes sitios Web que usan sus cookies.