Una smart card o tarjeta inteligente recuerda bastante a una tarjeta de crédito en tamaño y forma, pero en su interior es bastante distinta. Para empezar, realmente tiene una parte interior – una tarjeta de crédito normal es una simple pieza de plástico. Normalmente, dentro de una smart card podemos un microprocesador integrado en la propia tarjeta. Este microprocesador está debajo de un contacto dorado en un lado de la tarjeta. Piensa en este microprocesador como el dispositivo que reemplaza la banda magnética que podemos encontrar en una tarjeta de crédito.
Las smart cards son mucho más populares en Europa que en Estados Unidos. La banda magnética se mantiene en gran uso en el país norteamericano, aunque la desventaja de este método es que puede ser fácilmente leído, escrito, borrado o modificado con un equipamiento especializado. Por esto mismo, estas tiras magnéticas no son los mejores sitios para almacenar información sensitiva e importante.
El microprocesador en la smart card está puesto para la seguridad. El ordenador y el lector de tarjetas realmente “hablan” con el microprocesador, y lo que hace es dar acceso a los datos de la tarjeta. Si el ordenador pudiera leer y escribir en la RAM de la smart card, no sería muy diferente de un disquete convencional.
Una smart card puede tener hasta 8 kilobytes de RAM, 346 de kilobytes de ROM y 16 bits de microprocesador. Esta tarjeta usa un interfaz serie y recibe la alimentación eléctrica de fuentes externas como por ejemplo, un lector de tarjetas mencionado anteriormente. El procesador usa un limitado grupo de instrucciones para las aplicaciones como la criptografía.
¿Donde se utilizan?
Las aplicaciones más comunes usadas en smart cards son:
- Tarjetas de crédito
- Monedero electrónico
- Sistemas de seguridad informática
- Comunicación wireless
- Sistemas bancarios
- Televisión por satélite
- Identificación segura
Algunas smart card pueden ser usadas con un lector de este tipo de tarjetas conectada a un ordenador personal para realizar autentificación de usuarios. Los navegadores de Internet pueden también usar la tecnología de las smart cards para suplementar SSL y mejorar la seguridad de las transacciones de Internet. Se pueden encontrar también en teléfonos móviles y máquinas expendedoras.