Los superordenadores nos traen una imagen de máquinas grandes y pesadas que se calientan demasiado, y que fueron usadas en la primera época del mundo de la computación. Este término nos puede traer recuerdos de aquellos enormes ordenadores que ocupaban una gran cantidad de espacio y que eran usados para determinadas cosas. Puede que te sorprenda saber que incluso con la evolución y mejoras en los ordenadores de hoy en día, los superordenadores se siguen usando en muchas cosas. Se suelen usar para determinadas industrias y áreas científicas.
Para empezar, lo mejor es recordar un poco en qué consiste un superordenador y lo que le hace ser tan especial. Lo cierto es que definir un superordenador no es fácil. Básicamente, un superordenador es cualquier ordenador que se considera más potente que cualquier sistema que esté en uso en ese momento.
Según la tecnología evoluciona, los superordenadores deben ponerse a la altura también. Por ejemplo, el primer superordenador fue el Coloso, instalado en el Reino Unido, y que fue diseñado para leer mensajes y romper los códigos alemanes durante la segunda guerra mundial.
El superordenador Coloso podía leer hasta cinco mil caracteres por segundo, lo cual no estaba mal para la época. Sin embargo, si comparamos es con los dispositivos que hay en la actualidad instalados en ciertas organizaciones, se pueden decir que no es nada. En otras palabras, lo que solía ser un superordenador en aquellos tiempos, ahora se podría comparar a una calculadora de bolsillo.
Hay ciertas cosas que hace que un ordenador se meta en el terreno de ser una súper máquina. Normalmente tiene más de una unidad de procesamiento, lo cual permite al ordenador tener mucha más velocidad para realizar tareas al mismo tiempo.
Por este motivo, un superordenador suele tener mucha más cantidad de espacio de almacenamiento para poder hacer que las tareas sean lo más fluidas posibles. También tiene la capacidad de hacer complicadas operaciones matemáticas a la vez en lugar de una detrás de otra.
Como ya se ha dicho, los superordenadores se desarrollaron inicialmente para descifrar código, además de otras complejas tareas. Fueron creadas parea realizar grandes cantidades de cálculos al mismo tiempo, lo cual fue una impresionante mejora en aquellos días. Hoy en día ese concepto se sigue usando para ciertas cosas.
Un ejemplo del uso que se le dan hoy en día lo podemos encontrar en el área militar. Hace pocos años, la administración de seguridad nuclear americana comenzó a usar una red de ordenadores para simular la capacidad de armas nucleares.
La cantidad de ordenadores utilizados se acercan a los cien mil, lo cual nos da un superordenador en conjunto. No solo se usan para temas militares, ya que para actualmente se usa también para hacer predicciones meteorológicas en los océanos.
Los superordenadores no son solo máquinas usadas para controlar los hecho comentados anteriormente, sino que también se pueden usar para el entretenimiento y juegos. Un ejemplo de esto es el popular juego del mundo de Warcraft. Si miles de personas están jugando al mismo tiempo, la velocidad y el funcionamiento son de mucha importancia.
Sin superordenadores esto no podría ser posible. Otro ejemplo lo podemos encontrar en las máquinas pensadas para jugar al ajedrez y que han competido con los mejores ajedrecistas del mundo. Estas máquinas también se pueden considerar superordenadores.